jueves, 29 de septiembre de 2011

Sátira del amamantamiento

Me ha parecido genial este texto que he leído en el blog de Cozybebe... (lo comparto, gracias Ana!)

Ay! qué diferente si amamantaran los hombres...! La verdad es que me he partido de la risa leyendolo, pero al rato se me ha quedado un regustillo amargo... no sé porqué... :L


En otro planeta, un hombre joven se preparaba para su primera experiencia sexual. Estaba nervioso, ya que nunca habia hablado con alguien que hubiera tenido éxito. Así que decidió preguntarle a algunos de sus amigos sobre sus experiencias.


"Yo quería hacerlo, de veras!" exclamó uno de sus amigos, "pero mi doctor me dijo que mi pene era demasiado pequeño".


"De veras?" interrumpió otro amigo, "pero si mi doctor me dijo que el mio era demasiado grande!"

"Yo también lo deseaba, pero resultó que no tenia suficiente para satisfacerla", dijo otro.

"Yo nunca quise. Es tan desagradable! Me sentiría como si fuese un animal o algo parecido. Yo se que dicen que el pene es el mejor, pero todas las mias fueron excitadas artificialmente y todas estaban contentas y satisfechas", dijo el más viejo en el grupo.


"Tu no te habías divorciado 7 veces?" le pregunto el joven.
"Si, pero eso no tuvo nada que ver", este le contestó.


"Yo escuche que uno tenía que prepararlo para hacerlo más fuerte antes de hacerlo...tu sabes, restregándolo con una toalla o algo así", dijo uno de los amigos.


"Y al principio no puedes hacerlo por más de unos minutos, o te laceras".


"Mi primo dijo que era extremadamente doloroso. Su pene se agrietó y sangró. El solo duró un par de días. Gracias a Dios que hoy tenemos alternativas" dijo el amigo que era demasiado pequeño.


"Yo tengo un amigo que si lo hizo", dijo uno, casi murmurando. "Pero a mi me pareció que era demasiado trabajo. Cada vez que le hablaba me parecía o que acababa de terminar o estaba a punto de hacerle el amor a su esposa. Yo le dije que era claro que no la estaba satisfaciendo o ella no lo pediría tan a menudo. Yo le dije que el la necesitaba suplementar con un vibrador. Pero el no quiso."


"Bueno, yo de veras que deseo tratarlo", dijo el joven.


"Bueno para ti!" le dijo su amigo que era demasiado grande. "Pero mantenla en un horario o te manipulará".


El joven estaba tan confundido que decidió hablarle a su médico sobre el asunto.

"Yo entiendo tu preocupación", le contestó el médico, colocando su mano sobre el hombro del joven.

"Muchos hombres, especialmente los primerizos, no pueden satisfacer las necesidades de sus mujeres con sus penes.

Tomar clases y leer libros no parece ser de ayuda. Luego de muchos esfuerzos la mayoría de los hombres simplemente no pueden.

Se le conoce como sindrome de poco pene. Yo sé que tu deseas tratar, y pienso que es formidable, pero dejame enviarte a casa con este vibrador por si acaso. Mira, es virado de un ángulo especial para asegurarte de que lo hagas en una posición semi-sentada".


El joven agradecido se llevo el vibrador a su casa y pensó en todo lo que le habían dicho. Cuando llegara el momento el estaba determinado a hacerlo de forma natural.


El estaba nervioso y excitado. Trató de hacer todo bien. Miró el reloj y paró exactamente en los minutos que le habían recomendado. El evento fué una humillante falla. Su mujer estaba frustrada y molesta. El no lo podía comprender. Hizo todo lo que le habían recomendado. Su compañera le dijo que lo amaba y que sus caricias eran suficientes, y que juntos aprenderían a hacerlo bien. Pero la segunda vez que ella mostró interés el joven pensó, "Solo esta vez usaré el vibrador. No puedo aguantar la idea de que ella se quede insatisfecha".


Pero nadie le había informado sobre el peligro de confusión de pene. Pronto ella desarrolló una preferencia por el vibrador y rechazó el pene por completo. De un modo, el lo prefirió así también. Si el necesitara salir de vez en cuando cualquiera la podría satisfacer.


Y aunque él escuchó que el debía aguantarla entre sus brazos cada vez, para promover el enlace, se le hizo cada vez más fácil dejarla en una esquina con el vibrador mientras el hacía sus diligencias.


Era importante para el mantenerse ocupado. Si dejaba pasar un tiempo para sentir, siempre se sentía triste. Ser un buen amante no era lo que el esperaba. El quería estar lejos de su mujer. El resentía sus demandas y se sentía que no era el adecuado para llenar sus necesidades. La cercanía que el había soñado nunca se desarrolló.


Un día el joven tomó suficiente valor para preguntarle a su amigo por el número del hombre que el conocía que lo había hecho.


"Hola" dijo el joven. "Me dió tu número un amigo. Deseo obtener información de como hacer el amor. No pude hacerlo con mi primer amante y si tuviese otra, me gustaría hacerle el amor yo mismo".


"Cuanto lleva tu relación", preguntó el hombre del teléfono.
"Solo unos meses", contestó tristemente el hombre.
"Te gustaría hacerle el amor a tu esposa ahora? Nunca es tarde!" le dijo el hombre.
"De veras tu piensas que puedo?" le preguntó el joven. Se sintió con esperanzas por vez primera en mucho tiempo.


Ellos hablaron un rato y el hombre lo invitó a las reuniones de La Cosa League (La Cosa es en ingles The Thing, que significa pene). La Cosa League era un grupo dedicado a proveer apoyo e información a hombres que deseaban hacerle el amor a sus mujeres.


El estaba asombrado de cuántos hombres estaban haciéndolo y estaba siendo apoyado por hombres que habían sobrepasado muchos obstáculos para satisfacer a sus esposas.


"Que necesito hacer?" dijo el joven bien determinado.
"Lo primero que debes hacer es deshacerte del vibrador". El joven no sabia como responder. Una roca de nervios se formó en su estomago. "No puedo..."
"Tu mujer va a protestar un poco, pero ser perseverante. Ella pronto se acostumbrará a tu cuerpo".
"Qué si no puedo satisfacerla?" preguntó el joven.
El líder le aseguró que aún si le tomaba un tiempo, con la práctica este no tendría ningun problema.
"Bueno, que tan a menudo, y por cuanto tiempo?"
"Mira las señales de ella" le respondió uno de los hombres. "Mira a tu mujer y no al reloj". Su mente viajaba mientras iba a su casa. Pensaba en todo lo que escuchó. Como es que nadie le habia hablado de esto antes? Parecía tan radical, pero de alguna forma le parecía bien.


Al principio su mujer no estaba interesada en cambiar. Ella le protestó cuando este le ofreció el pene. Lo rechazó en frío.


Pero con paciencia y perseverancia eventualmente lo aceptó. El estaba sorprendido que una vez ella lo aceptó parecía que no lo quería dejar ir. Nunca se había sentido tan orgulloso en toda su vida. Lo había logrado!
Le había hecho el amor a su mujer con su propio cuerpo!


La proxima vez que su mujer le pidió el vibrador él gentil y amorosamente le ofreció su pene. Ella protestó un poco pero rápido lo aceptó. El estaba más excitado que la primera vez. A el joven le había preocupado que la vez anterior fuese solo suerte, pero ahora creía que si lo podía hacer. Para su deleite, su mujer nunca pidió el vibrador de nuevo.


La transformación en su actitud hacia su mujer era remarcable. El joven nunca más resintió el hacer el amor a media noche.


Sentía un vínculo con ella que ni siquiera conocía. No quería que otras personas la satisfacieran, y no quería irse lejos de ella.


Su actitud sobre el mismo también había cambiado. Se sentía tan confidente y tan calmado. El no era inadecuado ni reemplazable.


Le dolía al pensar en todos los hombres que no conocían lo que el ya sabía. Pero se sentía más triste por las mujeres.


Mientras miraba a su mujer sobrevivir solo de su amor su entusiasmo por hacer el amor creció más y más.


Un día mientras hablaba con sus amigos alguien comenzó a hablar sobre lo último en vibradores. Ellos discutían los méritos de la nueva herramienta cuando el excitadamente dijo, "Nosotros tiramos el nuestro".
El cuarto se quedó silencioso.
"Qué?" preguntó el amigo con el pene muy pequeño.
"Hemos tirado el vibrador", volvió a repetir.
"Y que usan entonces?" preguntó su amigo con el pene muy grande.
"Yo le hago el amor yo mismo", le contestó el joven.
"Duele mucho?"
"Te arrepentirás".
"O no! No te estarás juntando con esos fanáticos de La Cosa League?" , preguntó su amigo que no podía.
"No son fanáticos", dijo calmadamente el joven. "Ellos me dieron mucha buena información. Estoy contento con mi decisión".


Los hombres se echaron a reír. "Lo próximo que escucharemos es que va a dejar de afeitarse", bromeó el divorciado.
"O la va a dejar dormir en su cama", bromeo otro.
"Tu si que lo has hecho ahora", dijo el del muy pequeño.
"Que harás si te tienes que ir por un tiempo? Y debes desear que no comience a morder!"
"Preparate a perder tu vida." , le advirtió el divorciado.
"Tu cerebro se convertirá en cebada".


El joven pensó en todo esto y se rió dentro de si. El no sentía que estaba perdiendo nada, especialmente cuando miraba todo lo que había ganado.


"Sabes, creo que a mi me gusta tanto como a ella".
"Hombre, tu si que eres radical".


Traducción del inglés por Carmen Cabrer
Escrito por Janis Honea (701) 582-2822 Winter 1997, Volume 48
"No me había reido tanto desde que leí el libro Breastfeeding Matters de M. Minchin. " (Carmen)

Ains... hay algo comparable a esta sensación?:

8 comentarios:

  1. Gracias por compartirlo en el blog... Lo había leído hace tiempo y me parece genial. Me ha encantado la foto del busto...jajaja...que crak el bebé!!!

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  2. Fantástico , gracias por compartirlo!

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  3. Este texto es lo más. Gracias familia garrapata por comentarlo en mi entrada frustrante-pediatra. Estoy por imprimirlo y enseñárselo a ver que me dice la susodicha.
    Feliz finde ;)

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  4. De nada chicas, me alegro que os haya gustado, a mí me pareció genial... Es de coña, y te ríes, y al mismo tiempo alucinas de que semejantes chorradas tengamos que escucharlas nosotras hoy en día...

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  5. Me ha encantado María, no lo conocía y me ha parecido fantástico!

    Gracias por compartirlo en tu blog!

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  6. Maria soy Anaisa! que buena entrada, me ha encantado!!

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  7. Hola! Está buenísimo... ¿Lo puedo compartir en mi blog? Saludos

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